Anteriormente hemos visto cómo preparar la piel para evitar alergias solares y daños en la piel. Pero hoy vamos a tratar un tema que está un poco más olvidado, la vista.
Hoy en día la mayoría de nosotros somos conscientes del daño que nos puede provocar el sol, somos muchos los que utilizamos a diario cremas protectoras para evitar problemas de piel provocados por la radiación solar.
Pero, ¿Qué pasa con los ojos?
El ojo al igual que nuestra piel también se ve afectado por las radiaciones solares, pero en el caso de los niños el riesgo es todavía mayor.
Sus ojos son más sensibles, el ojo del bebé se va pigmentando poco a poco con el tiempo hasta llegar a su color definitivo. Esto supone que los primeros meses el iris del recién nacido sea más claro, siendo más sensible a las radiaciones solares.
El ojo de niños menores de un año puede recibir un 90% de la radiación UVA (Tiene lugar durante todo el año e incluso en los días nubosos, es indolora y puede penetrar muy profundo, puede alterar las células a largo plazo) y un 50% de la radiación UVB (Es la responsable del bronceado, pero también de las quemaduras solares, de las reacciones alérgicas y de los cánceres de piel). El cristalino, que tiene las funciones de filtro, no se ha perfeccionado aún en el primer año de vida del niño.
El cristalino es una lente que tenemos dentro del ojo y nos permite enfocar los objetos. A diferencia de la mayoría de las células del cuerpo, las células que forman el cristalino no se regeneran. Por este motivo los daños en el cristalino no pueden repararse y son acumulativos.
A corto plazo, el niño puede sufrir:
• Quemadura ocular.
• Queratitis (inflamación de la córnea).
• Fotofobia (intolerancia anormal a la luz).
A largo plazo, los daños del exceso de sol sobre los ojos son:
• Quemaduras en la retina.
• Cataratas: enfermedad de los ojos en la que el cristalino se va opacando poco a poco, lo que va disminuyendo la visión y acaba causando ceguera.
• Pterigión: carnosidad blanca o de color crema que aparece en la superficie ocular.
• Carcinoma epidermoide de la córnea o de la conjuntiva: tumor raro de la superficie ocular.
Los ojos, igual que la piel, tienen memoria. Por eso desde Farmacia Olimpiadas os recomendamos empezar a cuidar la vista desde los primeros años de vida.
Consejos para cuidar la vista:
-No mirar directamente al sol.
-Usar gorras y viseras, para protegerse de las radiaciones directas.
-Evitar exponerse al sol en las horas más fuertes del día entre las 12:00h y las 16:00h.
-Es importante que acostumbremos a nuestros hijos al uso de gafas de sol, cómo cuando vamos a la playa o a la nieve llevamos especial cuidado con el sol, también debemos hacerlo en el día a día.
Muy importante que sean gafas homologadas para las radiaciones UVA y UVB. Y que se adapten a la forma de la cara para evitar que los rayos solares puedan pasar.
La alimentación también influye:
Es importante que tengamos esto en cuenta, así como mantener una alimentación correcta rica en vitamina A, que nos ayudará a fortalecer los ojos y todas sus partes. Y alimentos ricos en antioxidantes.
¿Qué alimentos aportan sustancias antioxidantes?
– Vitamina E. La podemos encontrar en aceites vegetales y derivados, así como en frutos secos como avellanas, almendras, nueces, cacahuetes, etc.
– Vitamina C. La encontramos en la mayoría de frutas, fresas, naranjas, kiwis, y en las verduras, como espinacas, brócoli, tomates y patatas.
– Carotenoides. Las zanahorias, patatas, brócoli, tomates, papaya, melón, sandía y melocotones son fuente de este principio, básicamente beta-caroteno, tan necesario para la función visual.
– Antocianósidos. Los encontramos en las moras y frambuesas. Son principios activos que parecen tener un efecto muy positivo en el metabolismo retiniano y en la microcirculación ocular.
– Taninos. Se encuentran en el vino tinto y parece que también tendrían un efecto beneficioso para la salud ocular, así como para la prevención de trastornos circulatorios sistémicos. Se recomienda un vaso de vino diario, por supuesto ¡sólo para adultos!.